¡¡YA!!
Ya por fin se han
terminado las fiestas del consumo desaforado, fiestas que emboscadas en unas
fechas “supuestas” en las que se conmemora el nacimiento de Jesús y la visita
de los Magos de Oriente, nos obligan de una manera “sutil” a ser extremadamente
buenos y desearle “Felices Fiestas” hasta el vecino del quinto, el que no paga
las cotas de escalera, nos obliga a tener que compra y comer Marisco queramos o
no, aunque pensemos que uno de nuestros mejores y mas envidiados manjares sean
los huevos fritos y la tortilla de patatas, todo para no desentonar, nos obliga
a tener que apagar la TV
a los niños para que no les coman el “coco” con todos los anuncios de juguetes
de manera cruel y machacona, en fin consumir y consumir y consumir, para que
este mundo siga girando (dicen).
La ventaja de vivir
en ciertos sitios y de disponer de ciertos entornos ayuda a paliar ciertas
situaciones, eso creemos aunque no esta del todo claro.
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